El RIF fue diseñado como una
estrategia para que los pequeños comerciantes dejarán el sistema de cuota fija
para sumergirlos en una serie de procedimientos
Ante la entrada en vigor del nuevo Régimen de Confianza,
comerciantes populares solicitaron una tregua a las autoridades hacendarias y a
los legisladores, a fin de dar un periodo de gracia para todos aquellos
comercios que quedaron rezagados en el pago de impuestos durante la pandemia.
El comercio popular necesita la comprensión y sensibilidad de
las autoridades y del poder legislativo, pues de lo contrario se corre el riesgo
de que alrededor de 200 mil, de los poco más de 400 mil negocios que existen en
la Ciudad de México y, alrededor de 2 millones de negocios a nivel
nacional, caigan en la informalidad, ante la imposibilidad de pagar un contador
que les haga sus declaraciones mensuales, en las que se deben distinguir
productos con tasa cero, con IVA y con impuesto especial, lo que hace muy
compleja y complicada la contabilidad.
En conferencia de prensa, el presidente del Consejo Mexicano
del Pequeño Comercio y la Empresa Familiar (ConComercio), Gerardo López
Becerra; el presidente del Movimiento Nacional de Contribuyentes Social 17 de
Marzo (Monacoso A.C.) Alberto Vargas, y el presidente del Mercado Río Blanco,
Armando Avilés Cortés, explicaron que, a diferencia de las grandes cadenas
comerciales, la recuperación económica postpandemia ha sido más difícil
para los pequeños negocios.
Explicaron que muchos negocios pequeños y familiares han tenido
que tenido que recurrir al empeño, han tenido que hipotecar bienes e
incluso han pedido préstamos para cubrir gastos de operación, como pago de
servicios, renta de local o pago de nómina.
Desde Peña
Señalaron
que el Régimen de Incorporación Fiscal (RIF), ofrecido a los pequeños
comerciantes durante la administración del Presidente Enrique Peña Nieto –el
cual abarcó 10 años de duración-, llegará a su fin el próximo 2024.
Recordaron
que el RIF fue diseñado como una estrategia para que los pequeños comerciantes
dejarán el sistema de cuota fija para sumergirlos en una serie de
procedimientos, cálculos y calendarios
establecidos para pagar impuestos de manera más real y responsable.
“Cuando se implementó, se nos propuso que esté
régimen fuera transitorio, por diez años, para que en este tiempo, los
comerciantes que no teníamos la experiencia ni los conocimientos pudiéramos
aprender la cultura contributiva, con la ventaja de empezar en el primer
año pagando cero, pero presentando los trámites respectivos hasta llegar al
décimo año pagando el 100 por ciento de las contribuciones”, explicó Gerardo
López.
Señalaron que entre los supuestos beneficios del
RIF, eran:
- No
tener que ocupar los servicios de contadores o gestores. Se accedería a la seguridad social y se tendrían a préstamos de
la banca de desarrollo.
- Consideraron
que en un primer balance del RIF ayudó a filtrar la base de la base de
datos para que muchas empresas y comercios que no cumplían con las
características del pequeño establecimiento en aquel momento, fueran incorporadas al régimen general. Otro punto positivo es
que el RIF nos permitió impulsar entre el pequeño comercio la cultura del
pago de impuestos como una de las principales características de la
formalidad.
- En las
valoraciones negativas, señalaron que un régimen que pone en el mismo saco
contributivo a grandes empresas junto con los pequeños y micro negocios
-que son más vulnerables a sufrir impactos por los cambios del mercado-, no es sano. Las micro y pequeñas empresas tienen características
de deben ser atendidas por las autoridades sin que ello represente
inequidad.
- Otra
de las deficiencias del RIF, es que nunca se cumplió con la
simplicidad de los trámites, por lo que desde que se constituyó y más hoy
en día, es necesario pagar los servicios de contadores. Los
comerciantes de nuestro sector tienen claro que es fundamental contratar
los servicios profesionales si es que quieren mantenerse vigentes en el
pago de impuestos.
- Sobre
los ofrecimientos de seguridad social, atención médica en el IMSS,
créditos de INFONAVIT, préstamos,
etc., no hubo entre el sector ningún caso se conociera.
·
“Hoy, ante el final
del RIF, el pequeño comerciante tiene 3 alternativas: quedarse en el Régimen
General de Ley con las desventajas de las cargas impositivas que tiene; buscar
pasarse al nuevo Régimen de Confianza, para ello, la autoridad tendría que
abrir una nueva etapa de solicitudes, o buscar la informalidad como un
mecanismo de subsistencia”, señalaron.
·
“Los sectores del
comercio en pequeño que nuestras organizaciones representan esperan, tanto de
la autoridad fiscal como de los legisladores, la sensibilidad necesaria
para entender que luego del cierre de la economía que tuvimos durante el 2020,
2021 y parte del 2022, así como la crisis económica por la inflación, se
rompió la regularidad fiscal de un amplio sector del comercio en pequeño”,
indicaron.
·
Finalmente,
señalaron que “hoy se necesita abrir nuevos espacios para que, mediante el
diálogo y el establecimiento de mecanismos flexibles, se evite que más
comerciantes pasen a la informalidad como una forma de sobrevivencia”.